
El agua constituye el 55% de nuestro cuerpo y la pérdida de
agua produce deshidratación, que en casos ya muy agravados puede significar
problemas de salud muy importantes. También es parte fundamental de actividades
que desarrollamos los seres humanos como la agricultura, la pesca, la
ganadería, los procesos industriales o la generación de energía. Aun hoy, gran
parte de la jornada de muchas mujeres y niñas de países empobrecidos consiste
en buscar agua para el abastecimiento familiar tras recorrer largas distancias
hasta las fuentes o pozos más cercanos lejos de sus hogares, lo que a
menudo impide su acceso al derecho a la educación o la participación social y
comunitaria.
Fuente: http://www.ayudaenaccion.org/
Remitido por Carmen García García
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