En esencia, este clásico de la literatura juvenil es reelaborado por Manuel Marsol,
expublicista, animador e ilustrador, en el proyecto Ahab y la ballena blanca,
ganador del III Premio Internacional de Álbum Ilustrado convocado por el Grupo Edelvives . Según el
jurado “en este proyecto, Manuel Marsol aborda el peligroso mundo de las
obsesiones, que pueden conducirnos a la ceguera y la perdición. Así, a lo largo
de sus páginas, en un ingenioso juego de equívocos y pistas entre texto e
ilustración, Ahab buscará con ansia a la ballena sin darse cuenta de que la
tiene siempre delante. Solo cuando el marino sea capaz de olvidarse de Moby
Dick y liberarse de su obsesión, alcanzará a ver la realidad con una mirada más
serena y, a lo mejor, por fin, encontrar lo que buscaba.”
La reinvención de Moby DickPara los artistas el mar es una fuente de inspiración; para los biólogos, de estudios y para la inmensa mayoría de la gente un lugar en el que buscan refugio los secretos, asociado con la paz y las vacaciones. Sin embargo, para los marineros el mar es el espacio donde la vida cobra sentido. Un sentido que en la novela de Herman Melville se llamó Moby Dick y se volvió una obsesión.
El premio cuenta con una dotación de 12 000 euros en concepto de derechos de
autor, para aquella persona o equipo capaz de reinterpretar un cuento clásico,
leyenda o personaje mítico bajo las leyes del álbum ilustrado. Este año, la
historia del capitán Ahab y la gran ballena blanca se han llevado la atención y
el elogio de los jueces. Ahora solo queda esperar el dictamen de los lectores,
que hallarán en la obra nuevas claves para interpretar el misterio de quién es
y qué significa Moby Dick.