En el ámbito de los servicios bibliotecarios, las bibliotecas infantiles y juveniles han sido uno de los ejemplos más activos de innovación y de renovación constante de espacios y servicios, para configurar en cada momento modelos que se adecuen a las necesidades y las expectativas de sus usuarios (jóvenes, niños, familias y grupos escolares). Hoy en día, estos centros deben ofrecer, junto a su catálogo de fondos y materiales, servicios que ayuden a los lectores a desenvolverse con la creciente diversidad de formatos y dispositivos que la tecnología aporta a la creación y al consumo de contenidos, y actividades, tanto presenciales como en espacios virtuales, en las que las TIC tengan una notable presencia. [leer más]